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Vuelta al cole con energía gracias a una buena alimentación

La alimentación, el descanso, la gestión emocional y el deporte son de los principales factores que harán que nuestros niños y niñas estén sanos y preparados para afrontar el curso escolar. 

¡Ya tenemos aquí el mes de septiembre y con él llega la vuelta al cole!

¡Ya tenemos aquí el mes de septiembre y con él llega la vuelta al cole!

Los niños deben afrontar el primer día de escuela, el reencuentro con los compañeros, los profesores, la clase nueva, volver a disfrutar de la comida de la escuela, las horas de patio… Tenemos todo un curso lleno de actividad por delante.

Para poder afrontarlo con energía, es fundamental marcar unas rutinas y hábitos alimentarios que nos ayuden a tener un buen rendimiento y un desarrollo adecuado.

 

Como siempre, recordamos: la alimentación, el descanso, la gestión emocional y el deporte son de los principales factores que harán que nuestros niños y niñas estén sanos y preparados para afrontar el curso escolar. 

Hoy nos centraremos en cómo podemos mejorar su alimentación durante el curso.

¿Qué ingredientes tenemos que evitar en la alimentación de los más pequeños?

No hay que prohibir ningún tipo de ingrediente ni alimento a un niño sano, la clave de todo está en la educación. 

Si les enseñamos a tener una buena relación con la comida y a saber disfrutar y seleccionar aquellos ingredientes buenos para ellos en su día a día, no habrá ningún problema en que, de manera esporádica, coma algún alimento no tan saludable desde el punto de vista nutricional. 

Tener una buena relación con la comida es parte de una alimentación saludable y trabajar estos aspectos desde muy pequeños es esencial.

Así pues habrá que evitar en su día a día ingredientes que disminuyen la energía y el rendimiento, como son: los cereales refinados, el azúcar (presente en muchos cereales del desayuno), galletas, golosinas, bollería… y potenciar otro tipo de alimentos como yogures o tostadas, entre otros.

Hay que evitar que los niños salgan de casa sin desayunar

Se tiene que evitar salir de casa sin desayunar. No es conveniente que un niño esté en ayunas hasta la hora del patio a media mañana. De hecho varios estudios demuestran que los niños que desayunan rinden más y mejor en la escuela.

Si tu hijo o hija es de los que al levantarse cada mañana no les entra nada, procura que coma algo ligero como por ejemplo, un yogur o una pieza de fruta.  De todos modos habrá que preguntarse porque no tienen hambre cuando se levantan. Algunos de los motivos pueden ser los siguientes:

Cenar abundante y tarde. 

Si el niño cena tarde y abundando es lógico que al día siguiente por la mañana se despierte sin hambre. Por lo tanto, tendremos que cambiar los hábitos y adelantar la hora de la cena, una buena hora sería entre las 19.30 y las 20 h. Además, tienes que asegurarte de que las cantidades son adecuadas para la edad y las características de cada niño, siempre respetando las sensacione de hambre y saciedad.

No ha dormido suficiente

Si el niño no ha descansado suficiente y se despierta sin energía, lo que menos le apetecerá es desayunar, su cuerpo querrá seguir durmiendo! Por lo tanto, ir a dormir temprano y descansar es imprescindible para una buena salud y un buen rendimiento.

El desayuno que le ofreces no le apetece. 

Hay que ir probando diferentes desayunos hasta dar con el que mejor le sienta a tu hijo o hija por la mañana. Hay que escucharles pero no todo vale! Si lo único que les va bien son galletas con leche con cacao, esa no es la mejor opción. Hay que intentar que una ración de fruta esté siempre presente.

Recomendaciones generales

De manera general, hay que evitar al máximo zumos procesados, galletas y bollería. 

Un buen bocadillo sería una buena opción para mantener la energía durante toda la mañana. También puedes optar por un puñado de frutos secos (sin tostar) o una pieza de fruta. Dependerá del hambre de cada niño.

Algunas ideas de meriendas saludables:

Como el almuerzo evita al máximo los ultra procesados como las galletas, los zumos… Si durante la tarde tenemos programada alguna extraescolar la merienda les dará la energía que necesitan.

Y la cena?

En el supuesto de que el niño se quede a comer en la escuela habrá que revisar la comida que ha tenido ese día para complementarla con la cena variando los alimentos. La cena tiene que ser ligera, pero nutritiva.

De manera general, hay que procurar que durante el día se consuman: tres piezas de fruta, dos raciones de verdura y entre cuatro y seis raciones de hidratos de carbono. 

La fruta la podemos poner entre comidas o de postres en las comidas principales. 

La verdura la podemos presentar de primer plato o como acompañamiento del segundo. 

En el supuesto de que optamos por plato único siempre tendrá que estar presente.

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